Es un hecho sin discusión que el conocimiento está “en las
personas”; pero realmente lo que se requiere es que éste esté en la empresa. El
conocimiento de las personas, a veces llamado por algunos autores “conocimiento
tácito”, está en su interior, lo llevan con ellas y lo adquieren a través de
diversos mecanismos: creatividad, experiencia, creencias, inteligencia emocional,
valores, intuición.
Se requiere entonces, transformar ese conocimiento tácito,
en “conocimiento explícito”, a través de procesos, planes, políticas, etc. En
definitiva, el conocimiento de las personas debe transferirse a la empresa y
quedar a disposición de ésta. Si la persona decide dejar la organización, se
lleva con ella su conocimiento, pero éste queda también en la empresa.
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